A veces un pequeño cambio puede transformar una vida, o
miles de ellas. Algo así pensó Kenton Lee, un voluntario norteamericano
que tras pasar una temporada en Kenia ayudando a niños
huérfanos, inventó unos zapatos que crecen: se agrandan hasta 5 tallas y duran unos 5 años.
Logró ejecutar la idea fundando su propia ONG y empezó a enviarlos a
algunos países de África. La popularidad que ha alcanzado la causa ha
hecho que se plantee incluso hacer un modelo para niños de países
desarrollados.
¿Cómo surgió la idea de crear este tipo de zapato?
Kenton Lee - Viajé a Kenia en 2007 para participar como voluntario ayudando a niños huérfanos durante seis meses. Cuando estuve allí pude observar la pobreza extrema en la que vivían, pero una de las cosas que más me sorprendió y apenó fue que la gran mayoría de los niños iban descalzos o llevaban zapatos varias tallas más pequeños.
Kenton Lee - Viajé a Kenia en 2007 para participar como voluntario ayudando a niños huérfanos durante seis meses. Cuando estuve allí pude observar la pobreza extrema en la que vivían, pero una de las cosas que más me sorprendió y apenó fue que la gran mayoría de los niños iban descalzos o llevaban zapatos varias tallas más pequeños.
Un día,
mientras iba a rezar a la iglesia, me topé con una niña de unos seis
años que llevaba unos zapatos tan desgastados y pequeños para ella, que
sus dedos asomaban por la punta. En ese momento se me ocurrió que sería
genial tener zapatos que se adapten al crecimiento de los niños, que
crecieran una talla a medida que el niño crece. Las consecuencias de ir
descalzo en África son terribles, desde parásitos en la piel de los pies
y las uñas hasta rasguños que se infectan y pueden acarrear
enfermedades.
¿Qué tipo de zapato crearon? Si el
calzado está pensado para países en vías de desarrollo en África, el
calzado debería adaptarse al clima también.
Kenton Lee - Sí,
por eso se trata de una sandalia, por que un zapato cerrado del todo es
menos práctico allí. Proof of Concept se especializa en calzado
infantil, así que su grupo de expertos tuvo en cuenta esto a la hora de
crear el prototipo.
La sandalia se puede usar durante
cinco años y tiene dos tallas, una para niños de 4 o 5 años hasta los
10 años de edad y otra talla que abarca desde los 10 hasta los 15. Cada
zapato tiene tiras que se pueden ir ajustando, una suela que también se
puede agrandar y una pequeña hebilla en el talón que regula el ancho de
la sandalia.
José Antonio Requena Requena
1º Bachiller
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