- Reducimos el volumen de residuos que van al vertedero: Reciclando 3 botellas de vidrio, evitamos depositar un 1kg de basura en los vertederos.
- Reducimos las emisiones de CO2 a la atmósfera: El vidrio reciclado disminuye las emisiones de CO2 con respecto al uso de materia prima. Al reciclar vidrio preservamos la calidad del aire y frenamos los efectos de la contaminación.
- Evitamos la extracción de materias primas: El vidrio reciclado permite la fabricación de envases infinitas veces, evitando así la extracción de materias primas de la naturaleza.
- Reciclando sólo 3 botellas de vidrio, se consiguen grandes cosas: Ahorramos la energía suficiente para mantener encendida una bombilla de bajo consumo durante 9 días. Conseguimos la energía necesaria para hacer funcionar un lavavajillas tres veces. Podemos lavar tres veces la ropa de una familia de 4 miembros. Podemos cargar un Smartphone durante un año.
Botellas, tarros y fracos de vidrio, sí podemos depositarlos en el contenedor VERDE, pero una copa, un vaso u otros elementos de cristal, no. ¿Por qué no?
Lo cierto es que la composición de una copa no es igual a la de una botella. La principal diferencia es que el cristal contiene un alto nivel de óxido de plomo, que se utiliza para conseguir determinadas características de brillo y sonido. Y esto hace que no se pueda fundir en los mismos hornos que las botellas de vidrio, ya que este compuesto acabará en las botellas o, lo que es aún peor, en las emisiones que salen de la chimenea.
Al igual que el cristal de una copa, hay otros materiales que son vidrios, pero que no pueden introducirse en un horno de envases. El vidrio de los parabrisas de automóviles tiene una composición muy similar a la de una botella, los acristalamientos llevan algún recubrimiento para reflejar los rayos ultravioletas y aislar de forma más eficaz, las pantallas y tubos de los televisores antiguos y los monitores de ordenadores.
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