Hace sólo 40 años habría tenido éxito, entre los forofos de la ciencia ficción fantástica, un artículo visionario prediciendo que, al cabo de pocos años, cada madalena de una caja vendría con un envoltorio individual, y que cada tres o cuatro veces que saciáramos nuestra sed tiraríamos una botella de plástico a la basura. Mucho ha llovido desde entonces, y ha germinado y prosperado la cultura de una supuesta comodidad para el consumidor y de una supuesta necesidad de garantizar ciertas condiciones higiénicas. La cosecha más relevante de este “cultivo comercial”, desde el punto de vista de la sostenibilidad, son los millones de envases que tiramos cada día a la basura. La evidencia de los despropósitos está llegando a una línea roja que no deberíamos atravesar.
La razón más importante para apostar por “a granel” es sin duda la urgencia de frenar el delirio de los envases. Existen otras desde el punto de vista funcional. Para los productores, ahorrarse el coste de envasar (proceso, tiempo, materiales, diseño del envase, quizás embalaje de los paquetes en cajas...). La venta a granel puede ser lo que hace posible la supervivencia de productores pequeños que no pueden asumir el coste de envasar. También puede simplificar el transporte (en general no hay que paletizar).
A los distribuidores les da las mismas ventajas. Por ejemplo, Mercadona en 2009 dejó de envasar la fruta fresca para venderla a granel, y como resultado bajó los precios de venta entre 15 céntimos y un euro por kilo. A los comerciantes les puede permitir simplificar la logística, si bien algunos productos (básicamente las harinas) hay que mantenerlos en fresco por el hecho de no estar envasados.
A los compradores, comprar a granel nos proporciona más libertad:
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Podemos comprar cantidades grandes sin envases.
Esto nos puede permitir por ejemplo hacer compras grandes una vez al
mes, o al año, guardando sólo sacos o cajas grandes en la despensa.
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Podemos comprar cantidades tan pequeñas como queramos.
Esto es especialmente ventajoso para los hogares con una o pocas
personas y para los ciudadanos con recursos económicos muy limitados,
como por ejemplo mucha gente mayor. Y es muy favorable para reducir el
derroche de alimentos.
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Vemos lo que compramos, no nos lo impide ningún envoltorio.
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¡Y conseguimos librarnos de la lata de llenar constantemente la basura de envases y bajarla a la calle!
Los hábitos del granel
- Antes de ir a comprar, repasemos la lista de la compra y metamos en el carrito los botes que hagan falta para lo que compraremos a granel. Si no hemos podido hacerlo, en las tiendas a granel nos servirán los productos usualmente en bolsas de papel o compostables.
- En la tienda, demos el bote al dependiente antes de llenarlo, para que marque la tara en la báscula (el peso del envase se descontará del peso del producto).
- Llenaremos el bote conlas cucharas o desde los recipientes con dispensadores del comercio.
- Al volver a casa, si hemos comprado algo en una bolsa del comercio, tras vaciarla la podemos dejar ya en el carrito, a punto para reutilizarla en la próxima compra.
- Al cocinar, en lugar de abrir dos paquetes de espaguetis cogeremos un puñado de la caja donde guardamos cinco kilos. ¡Esto da mucho gusto!
En Cataluña está habiendo un boom decomerciosa granelde nueva creación. El primero fue Granel, que abrió sus puertas en Vic en diciembre de 2011 como una “slow shop”, y hoy forma una red de nueve tiendas en distintas localidades catalanas y baleares, y tiene previsto abrir otra media docena para final de año. La red aplica la fórmula comercial de la franquicia, pero potenciando que cada establecimiento desarrolle sus particularidades y busque productores de su zona (los productos básicos son servidos desde un almacén central). Granel prima la producción local-km 0 (se importan sólo los productos que aquí no se cultivan) y ecológica (ya sea certificada o no). Y, ¡parece que el granel llama al granel! Y es que, curiosamente, pocos días después de estrenar la tienda Granel en Barcelona abrió Goccia Verde (de detergentes a granel) en la esquina, y ahora se está instalando a pocos metros una tienda de chocolates... también a granel.
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